martes, 21 de mayo de 2013

Curiosidades: Warszawa






Warszawa, capital de Polonia desde finales del siglo XVI gracias a un tal Segismundo, que la traslado desde Cracovia. El nombre de la ciudad, es el resultado de una historia de amor entre un pescador llamado Warz que se enamoró de una sirena llamada Sawa, y esta es el emblema de la ciudad. La leyenda cuenta que es la hermana de la sirena de Copenague.








Varsovia tras la Guerra


Uno de los pocos edificos del gueto que no fue destruido.



Polonia fue uno de los países que quedo más devastado tras la segunda guerra mundial.El famoso gueto de Varsovia, es uno de los nefastos recuerdos de lo que supuso para Polonia la segunda guerra mundial. Alrededor del 30% de la población se concentró en el 2% del territorio de la ciudad. Era un hervidero, de hambre, enfermedades, sangre y destrucción. Aunque es relevante saber, que muchos de ellos no eran judíos; para los nazis aquel que tenía uno de los 4 abuelos judíos, ya era deportado al gueto poco importaba que fueran conversos católicos; dentro del gueto habían unas cuantas iglesias católicas.


La ciudad en si, fue totalmente destruida por lo que no hay casi edificios que sean anteriores a 1945; muchos de los barrios están construidos en alto, ya que bajo estan los escombros, resultado de la Guerra. La morfología de la ciudad es distinta tras la reconstrucción de esta.





Stare Miasto, Oldtown o casco viejo es la parte más especial de la ciudad. Fue reconstruida tal cual era, antes de la guerra por los propios varsovianos, fijándose en dibujos y pinturas antiguas; declarado patrimonio de la humanidad, es un encanto pasear por sus calles estrechas y peatonales, sentarte en las terrazas, escuchar música y ver a los artistas callejeros.





El Papa Juan Pablo II es una intitución en el país, y en esta ciudad en concreto; he visto alrededor de 20 altares diferentes por toda la ciudad; además de dar nombre a una de las avenidas más importantes de la capital.




 Iglesia de la Santa Cruz

Otra persona emblemática de la ciudad, es Chopin; como no. Ecuentras bancos en los parques donde apretando un boton suena su música. El último deseo del músico fue que su corazón descansara en Varsovia y su cuerpo en París. Y así se hizo; en la Iglesia de la Santa Cruz, se encuentra este.

domingo, 19 de mayo de 2013

Como sobrevivir al exilio. Segunda Lección: Las fiestas te ayudan a hacer amigos.





En Mayo, antes del inicio de los exámenes universitarios existe un ritual, llamado Juwenalia, conciertos y fiesta mezclado con alcohol y más alcohol. Eso es universal. Allí acudí este Viernes. La verdad, es que aquí disfrutan de cada momento de buen tiempo que tienen, porque luego saben que les espera 6 o 7 meses de nieve, frío y oscuridad. Divertido y diferente. Y claro, una buena fiesta siempre tiene ventajas, conoces mucha gente, el alcohol nos desinhibe y nos volvemos más simpáticos y parlanchines (claro que ese no es un problema para mi).

jueves, 16 de mayo de 2013

Como sobrevivir al exilio. Primera Lección: De un reto, una oportunidad.

Por mucho que sea una gran oportunidad tener unas practicas en el extranjero, que estés aprendiendo, que te lleves grandes amigos, no olvides que eres un exiliado. Y eso es así, sin ningún rodeo. Puedes tener suerte y encontrarte en un país fácil, vibrante y sorprendente, y doy gracias de que ese sea mi caso. No voy a mentir, aún así sigue siendo una putada que la vida de tu gente continúe y tú no estés formando parte de su historia. Si hay algo bueno de esta experiencia, exprímela al máximo. Despierta Varsovia, 4:54 de la mañana, el sol está saliendo. Aún puedo dormir un poco más. 7:00 pongo el café en el fuego, preparo tostadas. 8:00 salgo de casa, parece que todos los varsovianos nos dirigimos al tranvía y luego al bus. Varsovia parece lo que es, una capital europea en hora punta. Después de un mes solo conozco unas pocas palabras “przepraszam” para disculparte al tropezar con alguien y “Dzien dobry” (Buenos días) al llegar al trabajo. Comparto las horas con gente especialmente amable, y ya me he dado cuenta que eso viene en el carácter de este país, si un polaco puede ayudarte, lo hará, no te quepa duda. Nunca me había parado a pensar lo complicado que puede resultar vivir en un país donde no conoces nada del idioma, pero si una cosa he aprendido es que los gestos son universales: una sonrisa a modo de agradecimiento, una gesticulación con la mano para tratar de ofrecerle el asiento del bus a una persona mayor o simplemente una cara de desconcierto. Ay que sería de mi si fuese una chica tímida! ¿Qué si muchos pensaron que estaba loca al venirme tan lejos? Si, pero ¿Cuantas oportunidades se te pueden plantear así en la vida? No vamos a engañarnos, las cosas son especialmente complicadas en estos momentos, y la manera en que he ido creciendo desde el primer día que llegue a este país nevado hasta el día en que me vaya, es una de las cosas más enriquecedoras de las que he disfrutado. Por supuesto, hay días difíciles, en los que quieres volver y arroparte bajo la calidez de tu tierra y de tu gente. Pero la curiosidad, me puede más que la morriña; curiosidad por este país que tan desconocido era para mi y que poco a poco voy considerando hogar.