Algunas fotos de mis días polacos
miércoles, 10 de julio de 2013
Como sobrevivir al exilio. Tercera Lección: En los días tristes, queda con tu familia.
He tardado muchísimo tiempo en escribir. No he tenido tiempo y eso está bien, significa que me estoy divirtiendo. Fui a España por una semanita, que se hizo corta, pero me empapé de mi gente, cargue pilas, aprobé exámenes y volvía a WAW. Ahora mismo tenemos un tiempo esplendido en la ciudad, todo es tan verde que hasta parecen colores de mentira, cenamos en la terraza (bueno en casa de alguien que tiene terraza), salimos por La Playa y bailamos al ritmo de tecno. En resumen, se vive bien en Polonia. Pero el propósito de esta entrada es tratar de explicar esos días en los que te sientes pequeñita. A todos nos pasa de vez en cuando, nos levantamos de la cama y desde el minuto 1 lo vemos todo feo. La diferencia es, que cuando te pasa en tu terreno, llamas a tu amiga del alma, quedas después del trabajo y le cuentas que estás hasta los cojo_ _ _s (se puede decir cojones en un blog?) de todo, mientras te tomas una caña ( o 5 ron con coca-cola). La cosa es, que cuando estás fuera a veces te sientes sola y estúpida. Lo de sola es comprensible, todo lo que creías tu mundo esta a 2000 puñeteros kilómetros de ti, y te das cuenta de que todo sigue igual, que tu ausencia no supone un desbarajuste tan grande, que es algo normal, todos lo días falta gente y el mundo sigue girando, pero aún así...pues oye que jode un poco!. Lo de estúpida tiene que ver más, con la impotencia de no poder con todo, de sentir que en la batalla entre tu y los problemas están ganando estos y están jugando sucio. La conclusión a la que llego después de regodearme un poco en mi pena, porque a todos nos mola hacerlo de vez en cuando, es que es muy egoísta por mi parte sentirme mal. Soy afortunada por estar aquí, vivir en un país tan maravilloso, tener una experiencia impresionante, trabajar, aprender y conocer a gente tan jodidamente buena, MI FAMILIA EN POLONIA. En 3 meses puedes hacer una familia nueva, contarles tus penas y alegrías, las cosas buenas, las malas, las risas, los llantos, tomar copas hasta quemar la tarjeta, llegas a contarles cosas que ni te imaginarías contando, por el simple hecho de que la unión aquí es fuerte. En definitiva, debes, tienes y has de apoyarte en esas personitas, porque son tu soporte y tu claridad cuando ves las cosas de un negro que asusta. Suerte de que la familia que me ha tocado y he elegido para pasar mi medio año aquí es de lo mejorcito que se encuentra por ahí y que son encantadoramente perfectos.
Algunas fotos de mis días polacos
Y así concluye el episodio de hoy.
Algunas fotos de mis días polacos
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